jueves, 29 de abril de 2010

Soñar con vos


Tu imagen

(Silvio Rodríguez)



Tu imagen me llegó
a las seis menos diez
y no pude dormir
ni un instante después.
Te confundías con mis sábanas,
te me enredabas en la sien.

Lucías tan real
que casi fui feliz.
Pero a las seis y diez
me comprendí sin ti.
Eran mis solitarias sábanas
y una habitual mañana gris.

Y tú eras mi viento, mas no a favor.
Eras mi barca en el pedregal,
eras mi puerta sin tirador,
eras mi beso buscando hogar.

Y tú eras un parto de antigüedad,
maña de un diablo despertador.
Eras espuma de soledad,
carne con llagas de desamor.

Y así fuiste la otra mitad
de amanecer
que no alumbró jamás.

sábado, 24 de abril de 2010

Ya no sé ni por qué te escribo. Debería dejarte ir, ya lo sé.

Pero está la verdad.

La verdad es que sigo viéndote a través de tus mentiras y tu luz me sigue asustando. No tanto como a vos, creo. Me asusta que te conviertas en ese ser complaciente que inventaste para agradar. Para escapar. Sé que soy el yin de tu yang y en ese sentido no soy menos mentira que vos. Esta vez no es justo, no lo acepto.

Siempre te preguntaba si habías leído Solaris porque yo me sentía como Hari cuando vos me mirabas. No sé por qué te lo preguntaba tantas veces, creo que trataba de entender tu sonrisa enigmática cuando me decías que sí. Había algo en tu respuesta que no me convencía y ahora me doy cuenta de que Hari eras vos.

La escarcha que cubre tu cuerpo no me engaña. No me engañan tus intentos de ser cool. Te veo a tu pesar y a pesar de que salgas corriendo, de que me tapes de mentiras, a pesar de todo sé quién sos.

Ojalá algún día lo sepas vos.